Muchas veces pensamos que sólo la “fuerza del brazo” es suficiente para bendecir una relación, y eso no es cierto.
¿Cuántas veces intentas hacer todo bien, pero todo parece salir mal?
La oración es esencial.
¿Recuerdas aquella lista de defectos? Ora para que aquellos defectos se transformen en cualidades.
¿Vistes aquellas cosas que tienes que cambiar? Ora, pide ayuda y dirección a Dios.
"Hoy escogerás un área o un problema en tu relación para orar.
Habla con Dios como si Él estuviese allí contigo (Él está).
Sé sincera, honesta, ¡desahógate!
Dile los cambios que quieres ver y lo que harás para que eso suceda.
Recuerda, Dios no hará aquello que tú tienes que hacer; haz tu parte, lo posible, y lo imposible, déjalo en las manos de Dios."
¡La oración tiene poder, amigas!
Es un arma poderosa, pero muchas veces no es usada, es olvidada…
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