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Gente! No lo puedo creer! Ya estamos en la mitad de nuestro desafío!
Se que no ha sido fácil, pero no tengo dudas de que aquellas que están realmente empeñándose, ya están viendo resultados.
Hoy nuestro desafío es algo muy fácil de de decir, pero requiere mucho sacrificio, mucha oración y humildad, haciéndose a menudo difícil de practicar.
Vamos a hablar del orgullo (maldito!)
¿Cuántas son las veces que después de una discusión una palabrita, “discúlpame”, sería suficientes para resolver el problema, pero te recusaste debido al orgullo?
Tú piensas: ¡pero él también se equivocó!, si él pide disculpas, yo le pido perdón.
Es siempre así, intentamos cubrir nuestra falla, mirando la falla del otro, pero esto nunca resuelve el problema.
Tú le gritaste, pero piensas “lo merece, me hizo enojar”.
Tú lo juzgaste mal, pero piensas “él me dio motivos”.
¿Logras ver cómo son las cosas? ¡Tantas justificaciones! ¡Queremos evitar el sacrificio!
Este orgullo diabólico puede destruir tu matrimonio.
Por eso en la próxima tarea…
Desafío - Tarea 20
“Comenzarás a observante respecto de este orgullo y cuando sea necesario, dejando las justificaciones de lado, pedirás disculpas y buscarás la manera de cambiar ese comportamiento, ¿pues de que sirve pedir disculpas y volver a hacer lo mismo después pidiendo perdón? ¡No sirve de nada!"
¡No caigas en esta trampa!
mariana olivera :justamente ayer estube preacticando esta tarea ,hay momentos que cuesta pedir disculpa ,por que muchas veces no quiero perder la razon ,,,la verdad que es mejor ser humilde y decir disculpa ,,,,para agradar a Dios y tener la conciencia tranquila
ResponderEliminarDios las bendiga