martes, 13 de marzo de 2012

BLOG_NandaBezerra_06.mp4

Vale a pena ter amigas?

Respostas...

Resposta as suas perguntas...

¡Decidí cambiar!


Hola Sra. Nanda,

Hace algunos días que estoy por enviarle este mail para contarle un poquito de lo que ha suido conmigo.

Hace algunas semanas, estoy buscando mucho a Dios para cambiar algunas cosas que no podía cambiar. Aquellas cosas que decía para mí misma… voy a ser mejor en esto, voy a cambiar aquello, pero más tarde o más temprano terminaba actuando de la misma forma y siendo la misma Raquel de siempre.

Sólo que recientemente quedé “fed up” (indignada) con esta situación. No acepté más esa ida y vuelta.

Fue entonces que comencé a preguntarle a Dios, qué debería hacer para cambiar de una forma definitiva y así ser un referente Suyo. Y en una búsqueda Él me dijo...

_”Hija mía es muy fácil ser un referente de mujer de Dios para las personas de afuera, lo que necesitas es se un ejemplo para tu esposos! Comienza a agradarlo a él como deseas agradarme a Mí. Respétalo, considéralo como deseas hacer conmigo”.

Él me hizo recordar de una prédica del Obispo Macedo en la que explicó sobre aquel versículo que dice que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El Obispo preguntó: - “¿Quién es la persona más próxima suya?” Y él respondió: - “Su marido/esposa.

Esto significa que usted puede hacer de todo para todos, pero si no lo hace por su esposo, cuidando y respetando, no agradará a Dios”.

Y esa palabra tan fuerte encajó con los mensajes que recibimos todos los días en nuestras reuniones por la mañana.

¡Dios no podía ser más claro conmigo!

Inmediatamente comprendí que necesitaba ser ejemplo de mujer de Dios para mi esposo. Al final de cuentas, él es la persona que más me conoce! Desde entonces, tomé mi decisión…

Cada vez que mi esposo me pida algo, no voy a usar ninguna excusa… voy a respetarlo en los mínimos detalles. En vez de intentar convencerlo de algo, voy a parar de hacer aquellas cosas que no le gustan y mostrar madurez a través de mi sumisión. Voy a pisar mi carne y no imponer más mi voluntad/opinión. Además de otras cosas…

Para ser sincera, percibí una inmensa diferencia a partir de esta oración a Dios. Ya pasaron algunas semanas y tengo tanta paz dentro de mí ahora porque estoy logrando agradar a Dios con mis actitudes. Me doy cuenta ahora que Dios se ha agradado de mí. Como es placentera esa experiencia! Sin mencionar que yo no estoy haciendo fuerza para cambiar, sino que percibo que dentro de mí hay fuerza para hacer que este cambio suceda.

Esta semana mi esposo me dijo que Dios también había hablado con él. Él es ya es muy cariñosos y cuidadoso conmigo, pero percibo un cuidado y un cariño mucho mayor de su parte. Estamos mucho más conectados, felices, y lo mejor… hemos notado que nuestro trabajo ha rendido. Dios nos ha bendecido.

Todo el cambio sucedió cuando decidí oír a Dios! El Espíritu Santo es grandioso!

En fin, esta fue mi maravillosa y reciente experiencia con mi Padre querido!

Muchos besos y gracias por toda la ayuda.

Vieron mis queridas, una acción siempre trae una reacción! Ella actuó y cambió, su marido, consecuentemente, buscó un cambio en él mismo!!!
Ahhhh, qué maravilla!

Si tan solo todas entendiesen esto… Pero no, quedan esperando que otros cambien para después cambiar. ¿Cuál es la gracia de eso?

¿Quieres ver un resultado también? ¡Haz lo mismo que Raquel hizo!

Y hay más, de que sirve ser un referente en la iglesia o en la calle, si dentro de tu propia casa no eres un verdadero referente???? Vamos a pensar en esto…


Atada…



(Helena es esposa de pastor aquí en Inglaterra)

Me estaba sintiendo medio “atada” en mi vida espiritual y necesitaba hacer algo al respecto…

Recuerdo hasta el día de hoy lo que Le pedí en aquella Campaña de Israel: “Mi Señor, haga lo que sea necesario para que madure  y crezca en mi vida espiritual”.

Presenté mi sacrificio y seguí adelante. Poco tiempo después, mi marido y yo fuimos enviados a lugares que jamás pensé que un día haríamos la Obra de Dios, y entonces comenzaron las nuevas experiencias. Mi viaje rumbo a la madurez espiritual…

Vinieron los desiertos, situaciones difíciles, miedos y decepciones.

En una ocasión, algo terrible sucedió y fue como si me hubiesen quitado el piso… Nadie podía entender cómo me sentía. Parecía que un vacío enorme se apoderaba de mi ser. Era un desierto.

Oraba y parecía que nadie me oía. Me sentía sola.

Un día, al pedirle a Dios que me mostrara qué hacer, la respuesta vino como una bomba. Él me hizo recordad lo que Le había pedido y me hizo ver mi condición espiritual: estaba débil.

Dios me mostró muchas cosas cuando pasé por estas luchas, sé que aún hay más allá adelante, pero esta vez fue diferente. Él me estaba mostrando que no era tan fuerte como pensaba. Yo no estaba afirmada en Él como creía,  sino en las personas a mi alrededor.

La ficha cayó y clamé a Dios.  Desde entonces, siempre oro para que Él no permita que me engañe pensando que Él es el primero en mi vida cuando, en realidad, otras cosas (personas que amo) lo son.

Aprendí que si Dios está en primer lugar en mi vida, aunque todo el mundo se desmorone, jamás estaré sola…

“¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!   

Invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. Los lazos de la muerte me envolvieron; los torrentes destructores me abrumaron. Me enredaron los lazos del sepulcro,  y me encontré ante las trampas de la muerte.
En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios,  y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!”
Salmos 18:1-6

Por Helena Marques (foto arriba). Esposa de pastor trabajando aquí en Inglaterra, y va a estar compartiendo más de sus experiencias con nosotros  aquí en el blog.

martes, 24 de enero de 2012

¡Qué linda, no me canso de ella!



Ya no se cuantas veces oí esta canción, ¡pero la verdad es que no me canso!

Si estoy sola en casa, hablando con Dios y esa música de fondo… ¡Qué maravilla!

¡Todo pasa! ¡Toda va a salir bien! ¡Él es con nosotros!

Aquí está para que escuchen y hagan lo mismo, ¡Aprovechen

El precio de la desobediencia



Tenía siete años de edad, y mi hermano y yo estábamos en casa esperando que mis padres llegaran del trabajo. Al poco tiempo, mi padre llama y nos avisa que ya estaba cerquita y que sólo pasaría en una tienda antes de ir a casa.

Inmediatamente pedí: _”Papá, ¿nos dejas que vayamos a encontrarte?”

_ “No, hija! ¡Papá ya está llegando! “respondió mi padre.

Yo insistí: _”Por favor, déjanos?!”

 Él nuevamente se negó – “No es necesario, hija mía, ya estoy llegando”.

Pero yo, ansiosa y desobediente, le pedí por tercera vez: - “Papá, déjanos… llegamos rapidito allí!”

Vencido por el cansancio, mi padre accedió: _“OK, ven con tu hermano y me encuentro con ustedes aquí”.

Iiiiuuuppiiiii!!!!

Me sentí muy feliz y salí corriendo con mi hermano (que en aquella época tenía 11 años). Salimos de casa y fuimos a encontrarnos con mi padre.

Llegando a la calle principal (con bastante tránsito), en seguida vi a mi papá al otro lado de la calle. Decidimos cruzar allí mismo (no quise ir hasta el semáforo).

Miré rapidito a los dos lados y corrí en dirección a mi padre, toda feliz!

De repente, BUMMMM!... Fui atropellada por un automóvil!!!

Fui lanzada a metros de distancia! Como una muñeca de trapo, di vueltas en el aire y caí lejos de donde estaba.

Fui rápidamente llevada al hospital. Dentro del auto, sin entender muy bien lo que había pasado, coloqué mi mano en el rostro y estaba lleno de sangre. ¡Me desesperé!

Lloré mucho!!! ¡Cómo me arrepentí de haber sido tan ansiosa y desobediente! Pero a aquella altura, ya era demasiado tarde.

Estuve algunos días en el hospital y volví a casa, pero hasta hoy cargo conmigo una cicatriz. L

Con mi triste historia, quiero mostrarles cómo siendo ansiosos y desobedientes, tarde o temprano, sufren  las consecuencias. Tal vez, Dios esté hablando de la misma forma que mi padre insistió conmigo.

Él está diciendo “¡No hagas eso, hija mía, espera!”, y tal vez tú, estés actuando como yo.

Cuidado amigas. No esperen llegar a tener una “cicatriz” en sus vidas para arrepentirte después!

Besos y hasta la próxima.

















Escrito por Raquel Overney, esposa de pastor en Inglaterra
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...