Hoy estamos en tercer día del Ayuno de Daniel, y seguramente ya has visto una gran diferencia en ti misma, y si aún no has sido poseída por el Espíritu Santo, no tengas dudas, lo serás.
Vamos a abordar un asunto que va alcanzar dos objetivos.
Preparar el “terreno” para que el Espíritu Santo y también ayudarnos en nuestro objetivo de este desafío.
Todo lo que está relacionado con limpieza tiene que ver con Dios, y lo que es sucio, está relacionado con el diablo.
Si estás buscando ser poseída por el Espíritu Santo, puedes estar segura que Él no habitará en una “casa sucia”.
Si eres de Dios, eres limpia, y esa limpieza viene de adentro hacia afuera.
La limpieza exterior es mucho más simple que la limpieza interna. Mantenerse limpia exteriormente es el cuidado de tu cuerpo, tu ropa, uñas, aliento, etc.
Y la limpieza interna?
Pues bien, tu corazón tiene que estar limpio. Sin rencores, ni resentimientos.
Las palabras que salen de tu boca deben ser limpias, sin chismes, sin juicios, sin acusaciones.
Su mente tiene que estar limpia, los pensamientos sucios debes quitarlos.
Tus ojos deben ser limpios y no ver todo con malicia.
32ª Tarea para Transformarte en una Mujer más Linda
Ya viste alguna vez que la basura entre sola dentro de una pala y decir bye bye?
Claro que no! Somos nosotras las que debemos ir y limpiar. Debemos expulsar la suciedad, pues ella no se va solita.
Harás exactamente eso con toda la suciedad espiritual que existe dentro de ti.
Si existe un rencor. Necesitas perdonar, pues esta “suciedad” impedirá que el Espíritu Santo habite dentro de ti. Si es necesario, hablarás con la persona, dependiendo del caso, claro, pero lo más importante que debes saber es que estos sentimientos sucios, te entorpecen solamente a ti. Comienza ahora mismo a librarte de ellos uno por uno.
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