Un bien mayor…

 

Si pensaste que la palabra era…

Sumisión.

Acertaste!

Estaba conversando estos días con una amiga y me dijo algo sobre esta palabra que me chocó…

Aún ya estando en la iglesia, todas las veces que oía hablar sobre el tema, se retorcía por dentro. En las predicas, en los casamientos o en comentarios, su reacción era siempre esta.

Me sorprendió, pues recordé que mi reacción era un poco parecida, pero no lo había notado hasta el momento en que conversábamos.

Era una cierta aversión o resistencia a esta palabra y su significado; pero lo que la gente no entiende, y yo no entendía, era lo cuánto esta palabrita tan rechazada y considerada por muchas injusta, cambió mi vida.

Sumisión no es ser el “tapete” de tu marido. No es simplemente permitir que te pisen, humille o te resuman a nada.

Te voy a dar un ejemplo muy simple, algo que tuve que poner en práctica con la sumisión, pero que resultó un bien mucho mayor.

Yo siempre fui muy independiente, desde chica, ya me arreglaba. Trabajaba para pagar mis estudios, y siendo así era “dueña de mi nariz”, y no le daba explicaciones de lo que hacía a nadie.

Con el matrimonio y la idea de sumisión, percibí que ahora compartía mi vida con alguien, y siendo así, ya no era la única dueña de mi nariz.

Siempre que salgo digo a donde voy, con quien y a qué hora volveré. Y saben que sucede con esto?

Él hace lo mismo!

Al fin de cuentas, la misma consideración que tengo para con él debido a la sumisión, él tiene conmigo.

Qué bien mayor! Qué cosa más inteligente esta idea de sumisión!

Nuestro maravilloso Dios nunca nos pediría algo que no fuese para nuestro propio bien!

Cuando encuentras el verdadero significado de esta palabrita verás cuántas cosas buenas trae.

Mi marido me respeta, me considera, escucha mis opiniones, y no solo eso, les da valor.

Una de las conquistas que viene con la sumisión es el respeto, y ahí está algo que no se alcanza por la fuerza, pero se conquista.

Soy una mujer mucho más feliz después de que entendí la profundidad de lo que significa esta palabra tan rechazada.

Por eso, las invito a hacer lo mismo.