domingo, 23 de octubre de 2011

Chic



Nunca fue tan usado el término “chic” para calificar a las personas como en los días de hoy.

La verdad es que nadie es chic por decreto. Y algunas buenas cosas de la vida, infelizmente, no están a la venta.

La elegancia es una de ellas.

Así que, para ser chic es necesario mucho más que un guardarropa repleto de marcas famosas e importadas.

Qué será lo que hace a una persona chic?

Mira, yo creo que no es lo que esa persona tiene, sino la forma en que se comporta delante de la vida y de las personas a su alrededor.

Miren estos ejemplos...

Realmente chic es quien habla bajo.

Quien no busca llamar la atención riendo muy alto, ni por sus inmensos escotes y no necesita contar ventajas, aunque estas sean verdaderas.

Chic es atraer amigos, aún sin querer, porque se tiene brillo propio.

Realmente chic es ser discreto, no hacer preguntas o insinuaciones inoportunas, ni buscar saber lo que no es de su incumbencia.

Es evitar dejarse llevar por la manía nacional de tirar basura en la calle.

Realmente chic es dar los buenos días al portero de tu edificio y a las personas que están en el elevador.

Es recordad del cumpleaños de los amigos.

Realmente chic es no excederse jamás!

Ni en la bebida, ni en la comida, ni en la manera de vestir.

Realmente chic es mirar a los ojos de tu interlocutor.

Es apagar el radio o teléfono cuando estuvieras sentado en la mesa de un restaurante, prestar verdadera atención a su compañía.

Realmente chic es honrar tu palabra, ser agradecido a quien ayuda, correcto con quien te relacionas y honesto en tus negocios.

Realmente chic es no dejarse llevar “arreglos” plásticos del físico… 
cuando se pretende corregir el carácter, no hay cirugía plástica que salve la grosería, incompetencia, mentira, fraude, agresión, intolerancia, ateísmo… falsedad.

Pero, para ser chic, realmente chic, debes, antes que todo, recordar siempre de cuán breve es la vida y que, al fin y al cabo, todos terminaremos de la misma manera: muertos, sin llevar nada material de este mundo.

Por lo tanto, no gastes tu energía con lo que no tiene valor, no desperdicies a las personas interesantes con que te encuentres y no aceptes, bajo ninguna hipótesis, hacer cualquier cosa que no te haga bien, que no sea correcta.

Recuerda: el diablo parece chic, pero el infierno no tiene ningún glamour!

Porque al fin de cuentas, realmente chic es Creer en Dios!

PD: Recibí este mensaje de una amiga y decidí compartirlo

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