En una etapa de mi vida, Doña Perfectita acostumbraba visitarme con frecuencia, éramos muy amiguitas.
Generalmente, durante una predica muy fuerte o cuando leía un pasaje de la Biblia, ella venía a visitarme.
Se sentaba a mi lado durante la reunión y decía…
“¿Viste? Fulana debería estar aquí para oír eso!” Mmmmm, esta palabra le calzaría como un guante a aquella fulana” “Mira hacia allí… Observa si está prestando atención, esto es lo que ella tiene que escuchar…”
Durante la lectura de la Biblia…
“¡Mira este versículo! ¡Habla muy fuerte para aquella fulana! Debería leer esto”.
Lo gracioso es que Doña Perfectita nunca me decía cuando algo era para mí misma, ella sólo tenía ojos para los demás. El defecto nunca estaba en mí, la palabra nunca era para mí, siempre para los otros…
Un día caí en la realidad y percibí lo cuán ridícula y dueña de la verdad era Doña Perfectita. Tomé coraje y la expulsé de mi vida!
Ahora sí puedo oír la voz de Dios para mí misma y no para los otros.
Durante las reuniones siempre invito a Doña “Obsérvate” para que se siente a mi lado, y al contrario de Doña Perfecta, ella me hace mirarme a mí misma y examinarme…
Las palabras en las reuniones son siempre para mí. En la lectura de la Biblia, identifico que debo mudar y mucho!
No es fácil, Doña Perfectita no quiere perder la amistad, y menos con quién!!! De vez en cuando ella aparece, y es necesario ponerla en su lugar.
Claro que, a veces, pensamos sin ninguna maldad que una predica o una palabra sería de gran ayuda para una que otra persona, pero no es algo que deba ocurrir con mucha frecuencia, pues de esta forma nos transformamos en soberbias y dueñas de la verdad, y eso, con toda seguridad, no ayudará en nada, y lo peor, no agrada a Dios.
Mira tu vida y tus actitudes, mira quien te está visitando con frecuencia. Si es Doña Perfectita, quítala e invita a Doña Obsérvate para que se siente contigo, ella te ayudará mucho más…
Buenas tardes Señora muchas veces perdemos tiempo pensando en la vida ajena y de nada nos sirve por que en realidad nosotras somos las que debemos cambiar para que nuestros ojos vean como nuestro Señor Jesús ve y guardo lo que una gran mujer de Dios me dijo "yo solo se de mi vida”. Dios la bendiga.
ResponderEliminarVale mucho mas el mirar para nuestro interior y no observar a los demás. Nosotras solo podemos cambiarnos a nosotras mismas... no podemos cambiar por la otra persona, así que es mejor practicar y obedecer primero nosotras asi serviremos como ejemplo para los demás.
ResponderEliminarpara juzgar o apuntar a los demas debemos primero examinarnos a nosotras mismas, para asi ver lo que nos hace falta para ser mejor, a nuestro alrederdor siempre van a haber personas que quieran desviar nuestra comunion con Dios ya que ellas son personas que estan distantes de EL.
ResponderEliminarEs verdad señora, mucha de las veces quedamos mirando para la vida de otras personas en vez de enfocarnos en las nuestras y quedamos criticando en vez de ayudarnos a nosotras mismas, de preocuparnos en escuchar la voz de Dios que es lo que nos tiene que interesar para poder saber como agradarle y que hacer para ser agradable delante de sus ojos.
ResponderEliminarMuy cierto Señora antes de ver los defectos de los demás debo observar los míos.Y eso siempre debe estar en mi mente.
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