Mi día…

Hoy me levante por la mañana preparada para un día diferente. El primer día del Ayuno de Daniel, no es un día como cualquier otro… Decidí dar mí mejor en todo lo que fuese posible, agregué tareas a mi día, cosas que no son placenteras para mí y las hice en primer lugar. Decidí también que la forma de arreglarme sería de la mejor forma, y así seguí mi día.

Estaba trabajando en la computadora y mi madre apareció en el Skype. Apenas me ve, ella dice…

“Caramba, estás bonita! Ah no, espera aquí que ya vuelvo…”

No es broma, me dejó mirando la pared como unos cinco minutos! Cuando volvió, le pregunté: “Mama, ¿Qué fuiste a hacer?”

“Me fui a arreglar un poquito para hablar contigo”, ella responde.

Nos reímos mucho juntas, y me di cuenta de que se había cambiado de ropa y se había arreglado el pelo. Siempre que hablo con ella es, generalmente, durante la noche, cuando ya estoy casi durmiendo, entonces pueden imaginar la escena… Pijama, cara de sueño, sin maquillaje…

Esto me hizo notar algo muy importante. Podemos ser siempre un ejemplo motivador para otras personas o ser solo una más en la multitud. Todos los días tenemos oportunidades de influenciar positivamente a alguien, y debemos sacar provecho de eso. Sea con nuestra forma de vestir, nuestra manera de hablar, como tratamos a las personas que están a nuestro alrededor, etc.

Referente es la palabra que debe quedar en nuestras mentes, y debemos preguntarnos:

Hemos sido un buen referente para otras jóvenes y mujeres a nuestro alrededor?

Algo para pensar, analizar y comenzar actuar acorde.