Es posible que no tenga ropa cara.
Es posible que no tenga propiedades a mi nombre ni riqueza en el banco (Como misionera eso hace parte de mi sacrificio).
Es posible que no tenga un lugar permanente para vivir o derecho a elegir a donde voy…
Es posible que no tenga un diploma, por el hecho de que entregué mi vida para servirlo en el altar cuando aún era muy joven.
Es posible que no pueda ver a mi amada familia o mi lindo país con frecuencia.
Es posible que no escriba o hable correctamente.
Es posible que no siempre me sienta orgullosa de lo que pienso o digo.
Es posible que al mirarme en el espejo, no me agrade 100% lo que veo.
Es posible que hable, vea y sienta cosas de las que muchas veces me arrepienta… pero me considero una de las personas más felices y realizadas en la faz de la tierra, ¿y sabes por qué?
No es por mí, sino por Él!
Él es mi aire, mi alegría, mi fortaleza, mi mejor amigo, mi primer amor, mi motivación, mi inspiración, mi fuera, mi refugio!
Las palabras me faltan en este momento… Pero realmente me siento una persona muy rica, porque lo que tengo ni todo el dinero del universo sería capaz de comprar!
Yo tengo al propio Dios viviendo dentro de mí a través de Su Santo Espíritu! ¿Qué podría ser más valioso que eso?
Él es capaz de amarme a pesar de mis fallas y limitaciones, ¿y quieres saber por qué?
Es porque Él ve más allá de mis actos y ve las intenciones de mi corazón, y si deseamos ser como Él, entonces tenemos que hacer lo mismo con las personas y con nosotras también!
Infelizmente tenemos la costumbre de juzgar a las personas y a nosotras mismas rápidamente, por el hecho de haber dicho o hecho algo que no deberíamos hacer. Pero si hicimos algo mal, es porque intentábamos hacer algo correcto!
Aquellos que tienen miedo de equivocarse y de mostrarle a la gente que aún están aprendiendo, generalmente, nunca llegan a ningún lugar, pues para llegar a algún lado es necesario intentar y exponernos. Es necesario estar lista para aprender de nuestros errores.
Amigas, empecemos a mirar a las personas, y a nosotras mismas, de la misma manera que nuestro Señor lo hace; con amor, cariño y comprensión.
Muchas gracias Señor, por amarme a pesar de mis fallas.
Por Flávia Barcelos – Esposa de Pastor en Inglaterra
Maravilloso post.
ResponderEliminarSabe, en esta semana hubo un día en que me equivoqué como 3,4 veces juntas, de esos días en que uno hace todo mal, y como siempre, tiendo a ser dura conmigo misma, detesto decepcionar a los demas, o enviar una idea o intencion distinta a la que esta en mi.
Pero es cierto, realmente fue porque quise hacer algo correcto y también es cierto que aquellos que más se animan a hacer son los que más crecen y más resultados tienen.
Este post levanto mucho mi ánimo, porque es cierto, Dios sabe de mi intención y no importa cuan perfecta no llegue a ser ni cuanto no logre alcansar mi ideal de mujer perfecta, Él me ama por quien yo soy y no debo olvidar que Él no espera perfeccion de mí, Él quiere amarme y realizar su propósito en mi todos los días de mi vida.
Señora! me encantoooooooooo! es asi, si tenemos a DIOS siempre vamos a ser felices sin importar las circunstancias!
ResponderEliminarEs muy cierto sra siempre debemos estar dispuestas y ser humildes a aprender, y aceptar la correccion. Y mirar y mirarnos como Dios a cada dia nos ve.Y no mirar mirar las circunstancias, agradar y servir a Dios con mucho amor y dedicación
ResponderEliminarConcuerdo con usted Señora no hay razón mas extraordinaria que la presencia de Dios en mi!!! :)
ResponderEliminarPor eso debo aprender de Él y mirar a las demás personas como Él lo haría.