Una vez había un hombre que estaba siendo perseguido por varios malhechores que querían matarlo.
El hombre, corriendo, giró en un atajo que salía del camino y entraba por el medio del bosque, y en su desesperación, elevó una oración a Dios de la siguiente manera:
- “Dios Todopoderoso, haz que dos ángeles vengan del cielo y tapen la entrada del sendero para que los bandidos no me maten!!!”
En ese momento escuchó que los hombres se acercaban al sendero en donde él se escondía, y vio que en la entrada apareció una diminuta araña.
La araña comenzó a tejer una tela en la entrada del sendero. El hombre se puso a hacer otra oración, cada vez más angustiado:
- “Señor, te he pedido ángeles, no una raña”.
- “Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca un fuerte muero en la entrada del sendero, para que los hombres no puedan pasar y me maten…”
Abrió los ojos esperando ver un muro y apenas vio a la araña tejiendo la tela.
Estaban los malhechores entrando en el sendero, en el que él se encontraba esperando la muerte.
Pero cuando pasaron frente a este, el hombre escuchó:
- “Vamos, entremos en este sendero!”
- “No, no ves que tiene hasta tela de araña!? Nada entró por aquí. Continuemos buscando en los próximos senderos…”
Así es, la respuesta de Dios no siempre viene de la forma que esperamos, es necesario ojos espirituales para ver la respuesta, si no , terminamos ignorándola y perdiendo nuestras bendiciones…
Es muy cierto, tenemos que saber discernir de que manera Dios nos esta respondiendo, si no vemos con los ojos espirituales la señal de Dios para nosotros, nos afligiremos y dudaremos del poder de Dios... Seamos Espirituales para discernir lo espiritual.
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