Dice un proverbio japonés que, cuando todos estaban elogiando el plumaje del Pavo Real, los pájaros protestaron: “Pero miren sus patas”.
El envidioso es siempre aquel que arruina placeres.
Aquel o aquella que siempre tiene un “pero” para disminuir al otro, como si lo bueno del otro lo hiriese o disminuyese su yo.
Cuando tenemos ganas de decir un “pero”, es mejor pensarlo bien: por qué quiero mostrarme diferente, contradictoria?
Hay algún motivo plausible, o es sólo para manifestar mi partecita de envidia, de malestar?
Debemos pensar muy bien antes de hablar, porque así como podemos ayudar en el crecimiento espiritual de alguna asimismo podemos tambien derrumbarlo, pues, nuestra palabra tiene poder. Graciaas...
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