Cuando era pequeña, si no recuerdo mal, no era flor que se oliese… J
Tenía una creatividad increíble y siempre estaba haciendo “arte”.
Me gustaba subir a los árboles, jugar a con las canicas con los niños, remontar barriletes cuando ellos me dejaban, etc.
Estaba siempre con las rodillas golpeadas de tanto caer.
Recuerdo que me retaban mucho, pero también recuerdo las veces que estaba en mi cuarto llorando después de que mi padre me pegara por alguna artimaña y él venía a hablar conmigo…
“Hija, papá no quiere hacer eso, pero no aprendes cuando te hablo…”
¿Y cuántas veces sucede lo mismo con nosotras siendo adultas?
¡Muchas!
Nuestro Padre celestial nos ha enseñado tantas coas, nos exhorta muchas veces a través de Sus palabras sagradas, a través de Sus siervos y, simplemente, no escuchamos.
Muchas veces, Su voz parece ser muy bajita, pero es la voz de nuestra voluntad que está gritando e impidiendo que Lo escuchemos con claridad.
Lo que cosechamos hoy son los frutos de lo que plantamos ayer. Y mañana, cosecharemos lo que plantamos hoy.
He meditado mucho sobre esto y me he preguntado:
¿Qué estoy plantando hoy?
¿Son semillas buenas que darán frutos buenos?
¿He escuchado Su voz?
“Padre querido, quiero aprender cuando hables! Quiero oír Tu voz con claridad”.
Algo para meditar…
Es tan cierto Señora Nanda y Helena! Es muy edificante éste blog para mi y estoy segura que para cualquiera que lo lea aunque no lo comenten..un beso grande.
ResponderEliminarBuen día Sra. Es verdad quiero aprender a ser sensible a la Voz de Dios y que gima mi "yo" para no hacer lo que yo quiera y sí lo que Dios considera que es mejor para mí.
ResponderEliminarSaludos y que Dios continue bendiciéndola aún más.
es muy cierto muchas veces desobedecemos la voz de nuestro padre celestial, y es muy triste ya que quien no oye la voz de Dios es porque esta distrayéndose con otras cosas, para oir su voz hay que estar en espíritu.
ResponderEliminarHola señora es verdad, muchas de las veces queremos dejar de escuchar la voz de Dios para escuchar la voz de nuestra carne, pero como usted dijo si sembramos frutos buenos tambien cosechamos buenos frutos, pero tambien si sembramos frutos malos cosechamos frutos malos, y eso es lo que Dios quiere impedir, lastimarnos con nuestra propia voluntad.
ResponderEliminarBuenas , es muy cierto a veces nos preguntamos por nos suceden las cosas , pero es solo por no escuchar la voz de Dios , el siempre nos habla nos dirige , pero a veces nuestra carne quiere hacer su voluntad y despues tenemos el pago por la desobediencia, luchemos dia a dia para tener nuestros oidos atentos y sencebles a la voz de Dios
ResponderEliminarEs muy cierto , Dios nos enseña a través de sus siervos , pero ya queda de la persona aprender o quedar simplemente así en su propia opinión y no salir de la monotonía.
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